Marabunta


“Tú con tu dinero, lujos y placeres

Jamás podrás ya vivir feliz"

El rey lloró

Y le contó su dolor

Litto Nebbia 

Si observamos superficialmente, a primera vista, un hormiguero puede parecer algo increíblemente pequeño. Y, sin embargo, es el hogar de una colonia de hasta 250.000 hormigas. El montículo es tan solo la parte superior de una enorme estructura subterránea: el nido. Este es básicamente una guardería gigante, un lugar agradable y acogedor para criar a muchas hormigas, que luego serán mano de obra indispensable.

Su madre, la reina, merodea por el nido mientras pone 1.500 huevos al día. Ahora bien todas esas crías necesitan vivir en un determinado rango de temperatura para crecer. El secreto está en el diseño. El nido está dispuesto como un cono de helado: en la parte superior, está la punta del iceberg, el cual se calienta con el sol porque está por encima de la superficie. De esta forma, las crías tienen el calor necesario.

Durante el día, las hormigas adultas transportan a las crías arriba y abajo de los pozos, en busca de la temperatura perfecta. El montículo está conectado a varios pozos verticales que se sumergen hasta 2 metros bajo el suelo.

El nido también cuenta con docenas de túneles que se ramifican desde estos pozos principales y se conectan con pequeñas cámaras donde las hormigas descansan, comen y alimentan a las crías. Hasta tienen cementerios.

Aquí entran en juego estos túneles. Son pasajes enterrados a unos pocos centímetros de la superficie, pero que se extienden a través de todo el territorio y puede llegar a cubrir hasta 185 metros cuadrados de terreno.

Al escabullirse por estos pasadizos, las exploradoras pueden permanecer bajo tierra tanto como sea posible.

Cuando salen para buscar alimento, tal marabuntas,  siempre estarán expuestas a peligros, desde depredadores naturales hasta nuestra acción.

Las eliminamos casi por instinto. Las pisamos, les tiramos insecticidas. Casi siempre para proteger nuestras hermosas plantas y muchas veces porque sí.

Cuando lo hacemos, se dispersan automáticamente y “desaparecen” casi por arte de magia. Pero es por un tiempo.

Y cuando intentamos eliminar el nido, las hormigas tienen una opción: mudarse.

Sea como sea, para protegerse, una vez al año al menos, la colonia se mudará y construirá un nuevo nido desde cero. Y necesitan unos pocos días para hacerlo, es decir, prácticamente de la noche a la mañana, pueden aparecer metros y metros de nuevos túneles. Siempre la privilegiada de cada mudanza será la reina.

Esta es una ilustración de la estructura de un hormiguero. Lleva tiempo, pero vale la pena que hagan un zoom y mirarlo hasta el más mínimo detalle.


Ustedes se preguntarán por qué tanto interés en las hormigas y su estructura.

Y es que, para mi entender, tiene una relación increíblemente directa con el narcotráfico.

Casi todos los días nos encontramos con noticias en los medios de allanamientos, decomisos, capturas, aniquilamientos, muerte de “supuestos jefes” de una banda, etc.

Y es así es que creemos que avanzamos en la lucha contra los narcotraficantes y que, de este modo, vamos estando cada vez más cerca de eliminar este problema.

Tenemos que entender que solo estamos pisando un puñado de hormigas. Que solo estamos eliminando a pobres tipos que, generalmente, tienen esta actividad solo como una forma de subsistencia, como ellas.

Obviamente la solución sería poder llegar a eliminar a la reina. Pero esto nunca sucederá. Al menos con las metodologías actuales, y que evidentemente, son las más “cómodas”, por no decir las más cómplices.

La foto de apertura de esta nota es de una mega cárcel construida en El Salvador.

Las bandas Mara Salvatrucha* (MS-13) y Barrio 18, entre otras, tienen sus raíces tanto en EE.UU. como en Centroamérica, casi todas relacionadas con el narcotráfico.

Los salvadoreños huyeron de la violencia durante la brutal guerra civil del país, sobre todo a Los Ángeles, y muchos acabaron en estas y otras  bandas. Una vez finalizada la guerra en la década de 1990, EE.UU. comenzó, de a poco, a deportar a muchos de los componentes de estas bandas a El Salvador. Había que sacarse a los inmigrantes de encima. Ellos son los que ocupan esta cárcel. Son 40.000. Estarán ahí hasta su muerte.

Solución?  Para quienes?

Mientras la DEA, fuerzas de seguridad, jueces, políticos y empresarios estén ocupados en proteger y cuidar a las reinas de los hormigueros, estaremos en un problema. Los cómplices no delatan.

El negocio de las drogas es tan fabuloso que, en este régimen voraz de dinero, lujos y placeres, jamás será desenterrado.

Y el rey lloró.

*Mara es una apócope de Marabunta

Alberto Oneto

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