Usualmente, solo flotan cuerpos a esta hora *

Stacatto di Cutro es un pequeño pueblo de pescadores en Calabria.

Uno de ellos hasta el día de hoy, está consternado.

Hace meses que no puede salir a pescar por temor a recoger cuerpos en lugar de peces, su sustento.

Es una lucha interna entre su sustento y su conciencia.

El naufragio se produjo el pasado 26 de febrero. Eran migrantes que habían partido de Esmirna, en Turquía, con la esperanza de atravesar el mar
Jónico para vivir otra vida.

Por ahora ya son 79 los fallecidos como consecuencia del naufragio. No se sabe cuántos más hay.

La identificación de los fallecidos se hace cada vez más difícil puesto que el tiempo que
pasan en el agua provoca un grave deterioro de los cuerpos.
De los 79 muertos, 33 eran menores de edad y 24 de ellos niños de entre unos meses y 12 años.

Conforme pasan los días, algunos de los supervivientes han comenzado a relatar lo
ocurrido.

Viajaban en una embarcación gobernada por contrabandistas turcos. Llegaron el 25 de febrero a las costas de Italia, pero poco antes de llegar a apagar los motores sin dar motivo alguno. Posteriormente comenzó a empeorar el oleaje, pero los migrantes no pudieron contactarse con los contrabandistas que tenían un dispositivo inhibidor que les impidió utilizar teléfonos móviles. Ellos, que portaban teléfonos satelitales, en un momento dado se marcharon utilizando otra embarcación y abandonaron a los migrantes a su suerte.

Hasta el momento se han identificado 56 de los cuerpos encontrados, en su mayoría afganos, iraníes, pakistaníes y sirios, mientras se busca aún a los desaparecidos, ya que los supervivientes afirmaron que en el pesquero viajaban unas 180 personas, por lo que se teme que la cifra final de muertos llegue casi al centenar, mientras 81 personas fueron rescatadas con vida.

Es inevitable no relacionar los cuerpos que flotan en el mar con los “Vuelos de la muerte”

Entre 1975 y 1979 fueron hallados 31 cuerpos en las costas uruguayas, siendo identificados hasta el momento 10 cuerpos.

Scilingo le mandó a Jorge Rafael Videla en febrero de 1991, una carta en la que afirmaba que cumplió la orden de “participar” en dos vuelos, el primero con “13 subversivos a bordo de un Skyvan de la Prefectura” y otro con “17 terroristas en una Electra de la Aviación Naval”. En ambos casos, a ellos se les dio dos dosis de anestesia y sus cuerpos fueron “arrojados desnudos” al río, mientras los aviones estaban en vuelo.

Hace también muy poco, se recuperó uno de los aviones que produjo la dictadura militar para arrojar a muchos de nuestros compatriotas vivos al mar.

Una perversión amplificada.

* El título de esta nota es una línea del tema Resumen Porteño, del gigante Luis Alberto Spinetta.

Alberto Oneto

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