Cuestión de piel

 


El título de esta nota es tan trillado como el tema en sí.

Siento que ya es una cuestión que, de tanto que se ha hablado, opinado y dicho, fue quedando en el olvido o en un imaginario.

 Pareciera que hoy no tiene mucho sentido volver sobre el tema.

Pero la maldita pandemia, en su momento, la puso otra vez en el taburete.

 Investigaciones realizadas durante el último tiempo, muestran cada vez más que las minorías raciales y étnicas están afectadas de manera desproporcionada por la enfermedad por coronavirus COVID-19, aún hoy.

 Mientras que no hay evidencia de que las personas de color tengan factores genéticos u otros factores biológicos que los hagan más vulnerables a ser afectados por la COVID-19, es más probable que tengan afecciones de salud subyacentes. Los expertos saben que según dónde vive y trabaja la gente afecta su salud. Con el tiempo, estos factores llevan a diferentes riesgos de salud entre los grupos minoritarios raciales y étnicos.

 Todos estos factores — afecciones subyacentes, vivir en un área con alta densidad de población, empleo en la industria de servicios o como trabajador esencial, acceso a atención médica y racismo — contribuyen al impacto de la COVID-19 en “la gente de color”. Pero estas son cuestiones que datan de hace largo tiempo. La investigación muestra que las personas de color con frecuencia se ven mucho más afectadas por emergencias de salud pública, como ocurrió con el huracán Katrina.

 Hasta la fecha, unos 11,9 millones de casos de covid-19 se han registrado en el continente africano, de los que cerca de 255.000 desembocaron en muertes, según las últimas cifras publicadas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África (África CDC), un organismo perteneciente a la Unión Africana (UA).

 Por otra parte, en Brasil, están vacunados el doble de blancos que de negros. Y algo similar ocurre en EE. UU.

 Pero estos datos no debieran sorprendernos.

 El sometimiento y la discriminación es ancestral.

 En blanco y negro


Foto Dietmar Temps (Shutterstock)

 En gran parte de África., especialmente en la zona subsahariana, aquellos que tienen albinismo son terriblemente estigmatizados.

 Según una investigación, la prevalencia del albinismo en África está estimada en 1 de cada 10.000 habitantes.

Están asolados por la pobreza, sin tratamientos médicos e incluso perseguidos, viven con miedo constante los horrendos ataques de los que son víctimas, en especial los niños.

El albinismo causa poca o ninguna producción de pigmento de melanina. La melanina regula el color de la piel, el cabello y los ojos. Los tipos varían, pero las deficiencias médicas más comunes incluyen problemas de visión y riesgos dermatológicos.

El acceso a protector solar, ropa protectora y anteojos de sol son necesidades cruciales para cualquier persona albina.

 En muchos países africanos se identifica ser albino con espíritus malignos.

 Para algunas comunidades en Tanzania, las partes del cuerpo de estas personas tienen minerales que traen riqueza, suerte e incluso conquista sexual.

 En el  África subsahariana, se cree que uno puede curarse del VIH si viola y practica una profanación ritual en una niña con albinismo.

 Algunos curanderos llevan a cabo prácticas rituales utilizando dientes, huesos, genitales y otras partes del cuerpo de ellos. Otros creen que sus partes del cuerpo tienen poder en proporción a la juventud de la víctima y la intensidad de sus gritos, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

 En otros lugares, como el África subsahariana, se cree que uno puede curarse del VIH si viola y practica una profanación ritual en una niña con albinismo. En Zimbabwe, estas personas se denominan sope, que significa espíritu o fantasma vengativo.

 El albinismo no solo pone en grave peligro a la persona, sino a veces a la madre y, en casos extremos, toda su familia es víctima de delitos de odio.

Los cazadores de albinos pueden llegar a vender un cadáver humano completo por hasta 75.000 dólares.

 A medida que crece la atención mundial sobre el maltrato de las personas albinas en el continente africano, se espera que las comunidades mejoren sus perspectivas sociales sobre esta variante genética y las autoridades puedan llevar a los grupos violentos ante la justicia.

 

Los intocables



Foto: Vanessa Escuer

 No vamos a hablar de aquella maravillosa serie. Tampoco del investigador Eliot Ness.

 El tema es mucho más profundo y doloroso.

 Los Dalit, popularmente conocidos como los intocables en India y otros países del Asia meridional, nacen en una vida de marginalización, exclusión y de violaciones de derechos humanos. Son “clasificados” basándose en su ascendencia, y de esa manera, colocados en el escalón más bajo de las clases sociales.

 En algunos países, esta discriminación penetra en las instituciones, las estructuras sociales y la vida diaria, y está firmemente establecida por la ley.

 La injusticia causa traumas profundos y sufrimiento durante generaciones.

El estigma sigue a una persona desde su nacimiento hasta su muerte, afectando su educación, su acceso a la vivienda, al trabajo, a la justicia y a la participación en la política.

Las mujeres y las niñas son a menudo víctimas de violencia sexual, trata de personas y son especialmente vulnerables al matrimonio precoz y forzado y al trabajo en régimen de servidumbre.

 Se calcula que existen 260 millones de Dalits en Asia meridional (India, Nepal, Bangladesh, Pakistán y Sri Lanka) y en comunidades que emigraron desde Asia meridional a todo el planeta.

 Todo es un tema de castas. Y ellos ni siquiera pertenecen a ninguna.

 En India, en la parte superior del orden jerárquico de las castas están los Brahmanes, principalmente maestros e intelectuales y se cree que provienen de la cabeza de Brahma.

 Luego vienen los Kshatriyas, o los guerreros y gobernantes, provenientes de sus brazos.

 El tercer lugar es para los Vaishyas, o los comerciantes, creados a partir de sus muslos.

 En la parte inferior están los Shudras, que vienen de los pies de Brahma y hacen todos los trabajos serviles.

 Fuera de este sistema de castas hindú están los Dalits o los intocables. Los descastados.

 La estigmatización comienza desde que son niños. No pueden sentarse en los asientos de adelante de la clase; tampoco comer junto a otros, o jugar con niños de otras castas. Los niños forman grupos, de los que los Dalit quedan excluidos.

 Según la Oficina Nacional del Registro de Crímenes de India, se registran cerca de 46.000 casos de violencia cada año.

 Diez mujeres Dalit son violadas cada día y los autores gozan de total impunidad, y cuentan con mucho apoyo político.

 Los dalit están sometidos a la esclavitud o a trabajos indeseables como la remoción de excrementos humanos, utilizando las manos, de las calles, pozos sépticos, alcantarillas y cloacas. De aquí proviene el mote de intocables. El 95 por ciento de los 700.000 recolectores de excrementos son mujeres.

 La esperanza de vida es de 39  años en mujeres y de 43 años en varones. 

 Documento N° 9

 


La violencia tiene muchas caras y formas. También puede estar oculta atrás de medidas supuestamente populares, en defensa del color de piel.

 Según Wikipedia, el Documento Número 9, conocido oficialmente como Comunicado sobre el estado actual de la esfera ideológica, es un documento interno confidencial ampliamente distribuido dentro del Partido Comunista de China en 2013 por la Oficina General del Partido Comunista de China. El documento advierte sobre 7 valores occidentales peligrosos, que supuestamente incluyen la libertad de prensa y la independencia judicial. Está prohibido enseñar sobre cualquiera de los siete temas.

 El nombre proviene del hecho de que fue el noveno documento de este tipo emitido ese año en China.

Preludio

 Plantea 6 desafíos que enfrenta China para afirmar el control sobre su ideología, al tiempo que identifica varias rutas por las cuales las fuerzas hostiles occidentales podrían subvertir la ideología china.

1) La penetración cultural de las fuerzas hostiles occidentales amenaza la seguridad de la ideología. Hay 3 formas principales de penetración cultural:

La primera es la propaganda cultural directa, es decir, el uso de medios modernos para la penetración ideológica a largo plazo.

La segunda es utilizar los bienes culturales como portador para infiltrar los diversos valores de Occidente en el público, entendiéndose como bienes culturales el conjunto de películas, novelas, bienes comerciales y otros bienes que podrían ser subvertidos por las fuerzas hostiles occidentales.

La tercera es infiltrar los valores occidentales en las élites sociales, como los académicos e intelectuales de alto nivel, al amparo de intercambios educativos y académicos.

2) Varios pensamientos sociales apuntan a obstaculizar o subvertir la identificación autorizada de la ideología dominante de China.

3) El colapso de la Unión Soviética y la caída del comunismo en Europa del Este han minado la creencia en la ideología dominante de China.

4) El tema del desarrollo y el objetivo de la modernización han restado importancia a la oposición entre ideologías, es decir, oposición entre el sistema occidental de democracia liberal y el sistema chino de "socialismo con características chinas", que por implicación se oponen irrevocablemente. 

5) Las diversas orientaciones de valores tienen un impacto negativo en la ideología dominante de China.

6) Las redes de información representan un desafío para el control de la ideología.

 Los 7 problemas notables 

El documento aborda específicamente los siguientes temas que se consideraron problemas.

1) Promoción de la democracia constitucional occidental: un intento de socavar el liderazgo actual y el sistema de gobierno del "socialismo con características chinas", incluyendo la separación de poderes, el sistema multipartidista, las elecciones generales y los poderes judiciales independientes.

2) Promoción de los “valores universales” en un intento por debilitar los fundamentos teóricos de la dirección del Partido, cuestionando que "los valores de Occidente son la norma predominante para toda la civilización humana" y que "sólo cuando China acepte los valores occidentales tendrá futuro".

3) Promoción de la sociedad civil en un intento de desmantelar la base social del partido gobernante. Es decir, que los derechos individuales son primordiales y deben ser inmunes a la obstrucción por parte del estado.

4) Promoción del neoliberalismo, intentando cambiar el sistema económico básico de China en favor de liberalización económica sin restricciones, privatización completa y mercantilización total.

5) Promoción de la idea occidental del periodismo, desafiando el principio de China de que los medios y el sistema editorial deben estar sujetos a la disciplina del Partido.

6) Promoción del nihilismo histórico, intentando socavar la historia del PCCh y de la Nueva China. (Por ejemplo, negar el valor científico y rector del pensamiento de Mao Zedong).

7) Cuestionamiento de la Reforma y la Apertura y el carácter socialista del socialismo con características chinas. (Por ejemplo, decir "Nos hemos desviado de nuestra orientación socialista")

Nene, eso no se toca !!  Es caca

 Desde chicos se nos inculca que todo lo indeseable es caca, así como los perros son un guau-guau.

Casualmente, la caca es marrón y aunque no nos demos cuenta, lo asociamos con el color de la piel.

Con los marrones.



Foto Julieta Bugacoff

 A continuación se reproducen algunos conceptos que la periodista Dolores Curia despliega en una nota de Página/12.

Sus protagonistas son:

-         Sandra Hoyos, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro Legal y Gratuito y licenciada en Ciencias Políticas.

-          Chana Mamani, trabajadora social y escritora aymara.

-          Alejandro Mamani, abogado.

-          Flora Alvarado, estudiante de Artes Visuales.

 Todos son integrantes del colectivo Identidad Marrón que se formó a fines del año 2019 para denunciar a través de acciones artísticas y políticas el racismo estructural que recae en quienes son descendientes de los pueblos originarios.

 Se inculca desde la infancia: el marrón es un color que se asocia a cosas desagradables y sucias. O, directamente, se borra de la paleta desde el momento en el que en el jardín de infantes se enseña que el “color piel” no es múltiple, sino una gama que va del rosa al beige. 

El racismo estructural está en nuestro país desde sus comienzos: se puede ver a través de las campanas militares como la mal denominada ‘Campaña del desierto’. Desde un inicio fue instaurado culturalmente el imaginario de la otredad que aun hoy está presente en las personas marronas indígenas. Libros como Civilización y barbarie de Sarmiento, o cuadros emblemáticos del arte argentino como 'La vuelta del malón', de Mauricio Rugendas, son representaciones culturales que evidencian esto.

Aunque no se nombre, el factor color está presente cada vez que se elige quién puede protagonizar una publicidad. El color también guía el radar del policía que señala a quién hay que pedirle el documento y quién puede seguir de largo.

Las personas marrones rara vez pasan los castings de las series, salvo que lo que se quiera retratar sea la vida entre facas dentro de un penal.

 El racismo no es un problema individual, no es una susceptibilidad, es una cuestión estructural, cultural e histórica.

 Cuando se ve a una persona marrona (piel marrón, y rasgos indígenas), automáticamente se asume que no es del territorio argentino y comienzan las suposiciones de su lugar de origen. El común de la gente asume que esa persona proviene de algún país limítrofe. La xenofobia, el odio por las personas extranjeras, va a ser direccionada en particular a un determinado sector que tiene más visible determinado físico, que tenga más visible el fenotipo indígena, y no a quien proviene de otro país, pero no tiene determinadas características. La xenofobia no suele dirigirse hacia las personas blancas que provienen de cualquier país del norte. La extranjería en esas personas hasta puede llamar la atención, puede parecer interesante, hasta parecer un “halago”

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No hay colores más lindos o más feos. Ni mejores o peores. Son solo matices de la realidad que nos acompañan nos gusten o no.

Quizás los daltónicos terminen siendo afortunados.

Alberto Oneto

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