Abaddón

 


Según algunos autores, Abaddón sería uno de los más importantes generales del Infierno.
O, por el contrario, un representante de Dios, que ejecuta su obra de destrucción según él ordena y lidera la plaga de langostas que se lanzará sobre sus enemigos, al Final de los Tiempos

El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro, sus caras eran como caras humanas, tenían cabello como cabello de mujer y sus dientes eran como de leones; tenían corazas como corazas de hierro y el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; tenían colas como de escorpiones para poder para dañar a los hombres durante cinco meses. Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abaddón.

Apocalipsis 9:7

El exterminador

Más allá de algunas diferencias ideológicas que terminé teniendo con Ernesto Sábato, debo reconocer que fue uno de los escritores más importantes que tuvimos en estas tierras.

Cuando era muy chico, quedé atrapado con su libro El túnel.

Abaddón el exterminador cierra la trilogía iniciada en El túnel y proseguida en Sobre héroes y tumbas.

Los devoré todos.

Todos excelentes.

Pero, ¿quién es Abaddón el exterminador?

Haciendo una muy breve sinopsis, el mal ha triunfado, el mundo y las personas han sido arrastrados por sus demonios hacia la desolación, hacia la violencia política.
Estamos atrapados, está sucediendo el exterminio en este mismo instante a nuestro alrededor. Estamos dentro de un edificio en llamas y no nos damos cuenta de ello.

Eso es lo que Sábato intenta comunicar, y pone al escritor como el ser que sabe lo que está sucediendo, como el ente que toma conciencia y grita desesperadamente ante el horror en forma de letras y palabras. El escritor es el que cuida el alma de las personas, es la voz de la comunidad.
Por eso Sábato no busca la originalidad, son sus mismas obsesiones de siempre, son sus gritos desesperados por advertir a las personas para que despierten; que aún están a tiempo de escapar, que resistan.

Hay una atmósfera de amargura en toda la novela; el temor, la desolación y la impotencia de ver crecer y morir a los niños en este mundo que se derrumba.

Lo antepuesto roza con el concepto de “Las Fuerzas del Cielo” y la denominada “casta”, explicado en la nota El Mesías de METERETE.

Es muy interesante que reparemos nuevamente y con más profundidad en el párrafo del Apocalipsis citado:
Coronas de oro, cabellos de mujer, dientes de leones, colas de escorpión, y especialmente, su efecto durante cinco meses.

Demasiada casualidad con los momentos que estamos viviendo.

Alberto Oneto

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