Confesiones de invierno
Por Luciana Rosende
Murieron tres personas en situación de calle en CABA el
primer fin de semana de julio, en medio del frío polar
Las organizaciones relevaron 17 muertes de personas sin
techo en los últimos 12 meses.
“El frío no es el causante de estas muertes, sino la desidia
estatal del Gobierno de la Ciudad y sus políticas de parche”, denunciaron.
“Durante el fin de
semana más frío en lo que va del año en la Ciudad de Buenos Aires, tres
personas murieron en situación de calle. Sucedió en Once, Palermo y Retiro. Fue
el cuarto caso del que se tenga registro en este 2024 en el distrito más rico
del país.
El portal El Grito del Sur, así como la organización No Tan
Distintes -integrante de la Asamblea Popular de Personas en Situación de Calle-
difundieron la información: el sábado 29 falleció un hombre de 42 años en la
esquina de Cerviño 3126, en Palermo. El domingo 30 murió otro hombre sin techo,
cuya identidad por el momento se desconoce.
Hubo un llamado a la Red de Atención a las 5:50 desde Carlos
Mugica y Ramos Mejía, en Retiro. Horas después se conoció el caso de un hombre
que dormía habitualmente en la Recova y solía estar por Plaza Miserere. Los
datos fueron confirmados a Tiempo por la organización social Proyecto 7, “con
muchísimo dolor, bronca e indignación”.
La culpa no es del
frío
“El frío no es el causante de estas muertes, sino la desidia
estatal del Gobierno de la Ciudad y sus políticas de parche que no resuelven la
situación de las personas en situación de calle. Hoy por hoy, los centros de
integración social no tienen vacante y nuestrxs compañerxs no pueden ingresar,
quedando expuestxs durante la noche a estas bajas temperaturas”, denunciaron
desde la Asamblea por los Derechos de las Personas en Situación de Calle.
“Estas violencias constantes las sistematizamos en nuestro
Registro Unificado de las Violencias (RUV). En un año (junio 2023-junio 2024)
fallecieron 17 personas en situación de calle sin signos de violencia física.
Más de una muerte por mes. No es el frío. El Estado es responsable”, apuntaron,
mientras el gobierno de Jorge Macri está estrenando una política para la
población en situación de calle que consiste principalmente en ocultarla de la
vía pública y que apunta a la atención de 4000 personas: un 50% de las
registradas por las organizaciones sociales.
Hubo al menos un caso más este año: un hombre de 41 años que
dormía a la intemperie murió el pasado 26 de mayo cerca del Alto Palermo.
“Aún no se han
realizado autopsias ni identificación de los mismos. La gente, los pobres no
son de nadie, las muertes son del Gobierno, esto no se pelea ni reclama ni con
posteos ni con registros o estadísticas, esto se reclama con lucha y en las
calles”, expresó Proyecto 7, encabezada por Horacio Ávila, referente social que
sabe en carne propia lo que es vivir en la calle.
Pidió “basta de muertes de personas en situación de calle en
la Ciudad de Buenos Aires y en Argentina» y reclamó que haya «ingreso por
demanda espontánea a los dispositivos, sin derivación del 108. Cantidad de
dispositivos de acuerdo al número real de personas en situación de calle. ¡La
calle no es un lugar para vivir y menos para morir!”.
Morir en la calle a
la intemperie
La organización Proyecto 7 contó qué pasó en torno a las
tres personas que fallecieron este fin de semana, en medio de la ola polar.
En el caso de Palermo, se trató de un hombre de
“aproximadamente 1,60 de altura, tez blanca, barba candado, cabello negro, sin
documentación”. De acuerdo a los datos que relevaron, “sus compañeros de
ranchada avisan al personal de seguridad del edificio que esta persona no
respondía, este avisa a personal policial que da intervención al SAME, no se
encuentran signos de violencia en su cuerpo, causa probable de muerte
hipotermia, se constata su fallecimiento el día 30 a las 2 y 45 am y se dispone
su traslado a la Morgue Judicial”.
En cuanto a la persona fallecida en Retiro, “al costado de
la línea Tren San Martin, un masculino entre 30 y 45 años, dan aviso
transeúntes que pasaban por la zona de una persona desvanecida en la vía
pública, a las 4 y 50 am, en situación de calle, interviene el SAME, no se
encuentran signos de violencia o heridas en su cuerpo, se constata
fallecimiento 5.05 AM. Causa probable de muerte: hipotermia. Se ordena su
traslado a la Morgue Judicial”.
En Once, en Pueyrredón 85, “un varón mayor de edad, sin
documentación y en situación de calle”. Según pudieron reconstruir, “un señor
que se identifica como cafetero del lugar dice que al ofrecerle un café a la
persona mencionada no responde y da aviso a personal policial esto es 8 y 15 hs
AM del día 29 de junio. El personal policial da intervención al SAME del
Hospital Ramos Mejía, se constata fallecimiento 8 y 30. Su cuerpo no presenta
signos de violencia ni heridas. Causa probable de muerte: hipotermia. Se ordena
su traslado a la Morgue Judicial”.
En todos los casos, frío y desamparo.
Esta nota de Luciana
Rosende nos da un cachetazo a cada argentino. Sea de la casta, o no.
Ella dice en un párrafo: la calle no es un lugar para vivir
y menos para morir.
Me quedo, en principio, con la primera parte.
Es responsabilidad de todos y de ninguno que veamos indigentes todo el tiempo.
Cada día más.
Personas que han llegado a esa situación por culpa de este
sistema. De no tener futuro. De no tener elección, a pesar que la gran mayoría
podría trabajar, ser “útiles”. Servir para algo o para alguien.
Pero claro, no tienen lugar. No hay lugar donde.
Muchos dirán que son tipos limados. Otros que son vagos.
Puede ser, pero les aseguro que no son la mayoría.
He visto y conozco profesionales, personas formadas,
trabajadores con oficios en esta condición.
Me pregunto que estamos haciendo y pensando con ese otro.
Con nuestro prójimo.
Cuanto nos involucramos. Cuanto nos acercamos a ellos y a su
situación.
La palabra es indudablemente solidaridad. También
comprensión. Finalmente ayuda.
Ayuda que debiera dar básicamente el Estado ausente.
Pero no nos desatendamos del problema.
Si podemos hacerlo con hechos, magnífico. Y si no, al menos, pongamos empatía.
Para que no vivan mal y mueran de frío.
Ellos lo necesitan.
Nosotros también.
Alberto Oneto
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