La llegada de los broligarcas

 

Esta entrada tiene cuatro reflexiones.

Va la primera:

La oligarquía (del griego ὀλιγαρχία (oligarchía); derivado de ὀλίγος (olígos), que significa "poco, escaso, reducido", y ἄρχω (archo), que significa ("mandar, ser el primero")

O sea pocos que pueden ser primeros.

Aristóteles entendía la constitución como un orden que determina quién gobierna en una comunidad política. También identificaba la constitución con el grupo de ciudadanos que gobierna. Fundado en el significado literal de término, define la democracia como el gobierno del pueblo, y la oligarquía como el gobierno de unos pocos. De acuerdo con este criterio, introduce su esquema de seis constituciones, que distingue entre tres constituciones justas (monarquía, aristocracia y politeia), y tres corruptas (tiranía, oligarquía y democracia).

Él consideraba que la democracia se daba solo cuando los indigentes tenían el poder. Que la democracia era una forma de gobierno en la que la mayoría gobierna en beneficio propio o en contra de una minoría.

Para Platón y Aristóteles la democracia no era considerada una buena forma de gobierno, ya que por principio era demasiado incluyente y se corría el riesgo de que se opinara y se votara irracionalmente sobre determinados problemas que requerían conocimiento de causa para ser resueltos.

Platón, hacía este planteo:

Si estuvieras en medio del océano en un barco, ¿qué harías?
A. convocarías una elección para ver como pilotear el barco o...
B. tratarías de averiguar si hay alguien a bordo experto en hacerlo?

Si escogiste B, presuntamente piensas que los conocimientos especializados son útiles en este tipo de situaciones... no quieres que meros aficionados estén adivinado qué hacer cuando se trata de asuntos de vida o muerte.

¿Y qué opinas cuando quienes pilotean el gran barco, en realidad están piloteando un Estado?
¿No sería también más efectivo encontrar a alguien experimentado para que fuera el líder en vez de votar?

Eso es lo que Platón, el gran filósofo de Atenas -la cuna de la democracia-, alegó hace unos 2.400 años en el libro VI de la "República", uno de los primeros y más influyentes textos sobre casi todo: justicia, naturaleza humana, educación, virtud. Pero también sobre gobierno y política.

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La segunda reflexión es más terrenal.

Cuando leemos oligarca, en estas tierras, es inevitable no asociarlo a la palabra “garca”, sustantivo derivado de la inversión del verbo "cagar".
También sabemos que denomina a una persona que decepciona a otras, que las defrauda o traiciona; persona que ocasiona daño o menoscabo material o moral.

Interesante como estas dos primeras reflexiones, de algún modo, tienen su punto en común.

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Esta es la tercera reflexión. Troncal

Con el terremoto que ha producido el acceso de Trump a la Casa Blanca ha aparecido en español un neologismo: broligarquía .
El elemento compositivo es ἄρχω (archo), que significa ("mandar, ser el primero"), presente en voces españolas como anarquía, diarquía, monarquía, poliarquía, etcétera.
Surge luego la adaptación del término inglés broligarchy, fruto de la combinación de bro (acortamiento de brother, ‘hermano') y oligarchy.

En una broligarquía, quienes gobiernan o controlan el poder son los broligarcas, los integrantes de ese pequeño grupo de personas, que se distinguen de otros oligarcas por su condición de bros (amigos o colegas).

Hoy se aplica a los dueños de las grandes tecnológicas de Silicon Valley y de las redes sociales. Broligarchy circula desde hace años.
Un tuit del 2018 ya vinculaba a Elon Musk con los broligarcas. Comenzaba a identificarse a estos con los tech bros.

En julio del 2024, The Guardian publicó una información con un título que parece de hace pocos días: «Los broligarcas tecnológicos hacen cola para cortejar a Trump».

Allí se hacía referencia al vínculo del nuevo vicepresidente del país, J. D. Vance, con Peter Thiel, el fundador de PayPal, del que se decía: «Apuesto a que él será el primero de una nueva generación de hermanos oligarcas tecnológicos».

En esa broligarquía que surge como uno de los grandes apoyos de Trump aparecen otros milmillonarios del mundo tecnológico, como los números uno de Meta (Facebook, Instagram y Whatsapp), X, Apple, Google y Amazon.

En resumen, tenemos una nueva clase, a un nuevo grupo de ciudadanos, destinados a ser parte importante de los próximos gobiernos, quizás la más importante.

No es poco.

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La cuarta reflexión es muy simple:

Los broligarcas son nada más ni nada menos que garcas de libro.

Alberto Oneto