La fábula del Ministro y los cazadores
Entrenó a un cuerpo
de voluntarios (liberales por supuesto) para tal fin.
Les proveyó de
sofisticados equipos de detección.
Costeó una
innumerable cantidad de viajes para que se familiarizaran con la fauna
silvestre.
Fueron entrenados
con cursos y seminarios.
Finalmente, les
dió armas de ultra precisión.
El plan era simple y eficaz: detectar una colonia de animales en extinción y aniquilar a toda la especie.
El Ministro fue muy reconocido.
Logró que los cazadores furtivos ya no tuvieran razón de ser.
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