LAS MANOS
Usos de las manos
El pulgar en oposición a los demás dedos permite asir
objetos con facilidad
El uso principal de las manos es el de tomar y sostener
objetos, aunque de estos usos generales derivan muchos más, debido a la gran
versatilidad de movimiento del que es capaz la mano, así como por la precisión
que puede alcanzar en estos movimientos. Ejemplos de usos de las
manos son:
- Las
manos y los dedos son "utensilios" primordiales para poder comer
y beber.
- Las
manos se utilizan en múltiples costumbres, como el saludo (apretón de manos).
- Con
la mano se puede gesticular, e incluso existen lenguajes de señas para la
comunicación con personas sordas o
con problemas auditivos. Algunos gestos pueden ser especialmente obscenos
(dependiendo del país o ámbito), como también ocurre con el lenguaje
verbal, y un ejemplo es el puño con el dedo corazón extendido, o con el
índice y meñique extendidos.
- La
mano también sirve como instrumento de medida. Una mano
extendida es un palmo, aunque su longitud es muy variable según la
persona.
- Las
personas invidentes pueden utilizar sus manos como instrumentos de lectura
mediante la escritura en Braille. En esta escritura, la
sensibilidad de los dedos entra en acción, ya que han de ser capaces de
sentir los pequeños surcos en el papel de los que se compone.
- Una
mano cerrada es un puño, y puede servir para golpear o para sujetar objetos
pequeños. Una mano cerrada con el dedo índice extendido sirve para señalar
o tocar algo.
- También
se puede sujetar un lápiz u otro instrumento similar para escribir o dibujar.
La escritura es una actividad que realmente exige una gran precisión y
coordinación de los distintos músculos y articulaciones que componen la
mano.
- Utilizarlas
para comunicarse o aliviar el dolor mediante técnicas de masaje,
también denominado «tacto estructurado».
- Otro
uso es el de obtener o dar placer físico.
- Debido
a la versatilidad del movimiento de la mano, ésta puede ser usada para
interpretar instrumentos musicales.
Las manos pueden realizar actividades sumamente delicadas y
precisas, como escribir una carta, pintar un cuatro, enhebrar una aguja o tocar
el violín. También nos permiten realizar trabajos pesados, como cavar con una
pala, oscilar un hacha, perforar el cemento con un martillo neumático o pegarle
a un clavo de vía con un martillo. Usamos las manos para sentir si algo está
frío o caliente, afilado o desafilado, áspero o suave. Agarramos a un niño de
la mano cuando cruzamos la calle. Acariciamos el pelo de alguien a quien
queremos.
Incluso cuando hablamos, las manos son parte importante de
nosotros y de lo que decimos. Las manos ayudan a muchas personas a expresarse
cuando hablan. Hay un viejo chiste que dice: “Si quieres que deje de hablar…
¡átame las manos!”. Las manos desempeñan una función tan importante a la hora
de comunicarnos que incluso las usamos en expresiones idiomáticas. Algunas
frases comunes son: “agarrar a alguien con las manos en la masa”, “poner manos
a la obra”, “señalar a alguien con el dedo” y “conocer algo como a la palma de
la mano”. Y, por supuesto, son las manos las que, literalmente, hablan cuando
una persona utiliza el lenguaje de signos.
El espacio físico en el que movemos las manos, su campo de
movimiento, es mayor que nuestro “espacio vital”
El cerebro, la imagen
corporal y los saludos.
El cerebro dedica mucho “espacio” a la cara y las manos, los
dos rasgos principales de nuestra imagen corporal.
En todo el mundo hay gente con distintas creencias,
opiniones y tradiciones, pero un elemento universal de la naturaleza humana es
que en muchas culturas y condiciones sociales se usan las manos para saludar.
En Occidente, se suele estrechar la mano de la otra persona. Un apretón de
manos puede significar tanto “hola” como “adiós”. Desde un punto de vista
histórico, también es una forma de mostrar a la otra persona que no estamos
ocultando un arma en la mano. El presionado de manos no solo transmite un saludo;
hace saber a la otra persona si eres amigo o enemigo.
En otros lugares, la gente se saluda extendiendo las manos y
juntando las palmas. Puede tratarse de un gesto de “bienvenida” o de
“despedida”.
Independientemente de la cultura o del contexto social, las manos y la cara forman parte del modo en que nos presentamos ante los demás. Una sonrisa tiene la intención de expresar afecto y amabilidad. Una o ambas manos extendidas transmiten un saludo y demuestran a la otra persona que ni somos peligrosos ni estamos enfermos. Las manos y la cara son las partes más importantes de nuestra imagen corporal.
Esta introducción, es para adentrarnos en un tema que
siempre me inquietó, me dio curiosidad.
Y es que las manos eran y son utilizadas para gestos
políticos. Son gestos con un contenido profundo. Si se quiere, “publicitario”.
Crean una marca.
Vamos a recorrer algunos ejemplos
Mussolini y Hitler
Obviamente, ya sabemos a cual gesto me refiero. Pero tiene
matices.
Uno de los elementos visuales más característicos del
fascismo es el llamado “saludo
romano”, que consiste en alzar el brazo derecho (en un
ángulo de entre 120 y 140º respecto al eje vertical del cuerpo), con la palma
mirando hacia abajo y generalmente acompañado de una proclama a favor de la
patria o el líder de turno. Sin embargo, los orígenes romanos de este saludo
son inciertos y probablemente se trate de una invención histórica.
El primer ejemplo en el arte
Un primer ejemplo es el cuadro Juramento de los
Horacios (1784), de Jacques-Louis David: esta pintura representa un
episodio mítico de la historia romana en el que tres hermanos de la familia de
los Horacios son designados para representar a Roma en un duelo que decidirá el
destino de la guerra entre esta ciudad y su vecina Alba Longa. Los hermanos
hacen este saludo frente a su padre, que les entrega sus espadas.
No existen pruebas reales que en la antigua Roma se saludara a los líderes de esta manera ni mucho menos que esta fuese una manera de mostrar devoción hacia ellos. Si bien hay estatuas que muestran una postura similar (como la estatua ecuestre de Marco Aurelio o la de Augusto en uniforme militar), la posición del brazo es distinta y además son los líderes quienes realizan el saludo a su audiencia y no al revés. Probablemente estos gestos estuvieran más relacionados con la oratoria, como una forma de llamar la atención del público, de pedir atención o de agradecer una respuesta calurosa a sus palabras o a su presencia.
Para realizar el saludo fascista, el brazo derecho debe
ubicarse en un ángulo de entre 120 y 140º respecto al eje vertical del cuerpo,
con la palma mirando hacia abajo y apenas ladeado hacia la derecha.
Con la subida al poder de Mussolini
en 1922, se empezaron a recuperar símbolos romanos para utilizarlos como
propios, al afirmar que él era el segundo Imperio
Romano.
El 27 de enero de 1923, en el Daily Star, Ernest Hemingway escribió: "El dirigente fascista italiano anunció que quería recibir a los periodistas. Todos acudimos y nos agolpamos en su despacho. Estaba sentado en su mesa escritorio leyendo un libro. Su rostro dibujaba el famoso mal gesto: manifestaba su condición de dictador. Por haber sido periodista sabía que sus declaraciones llegarían a muchos lectores. Continuaba absorto en la lectura. Mentalmente, ya estaba leyendo en dos mil periódicos servidos por dos mil periodistas, lo siguiente: 'Al entrar en el despacho, el dictador de la camisa negra estaba tan concentrado en su lectura, que no apartó la vista del libro… etcétera, etcétera'. Me puse de puntillas detrás de él para ver qué libro estaba leyendo con tanto interés: era un diccionario francés–inglés… ¡puesto al revés! (…)
Todo dicho
Con la expansión del fascismo a
otros países, el saludo se copió como en la Alemania Nazi.
Adolf Hitler
imprimió algunas variantes, como la mano en posición horizontal, como
para marcar su marca propia y de algún modo, diferenciarse. Sabemos de la
relación de amor y odio que los dos dictadores sostuvieron siempre.
Es indudable el poder de este gesto, que Joseph Goebbels, como agente de comunicación del Partido Nazi, explotó y usó de manera admirable, con perdón de la palabra.
Churchill
De acuerdo con diversos reportes, el premier británico propagó por primera vez este gesto durante un discurso el 19 de julio de 1941. Esta fecha representa un hito en el camino hacia un gesto como símbolo en la lucha contra la Alemania nazi.
Sin embargo, Churchill no inventó este gesto formado por los
dedos índice y medio.
El tenista belga Victor de Laveleye lo hizo circular originalmente como un
signo visual unificador y translingüístico de señal de resistencia contra la
ocupación alemana después de cada partido que jugaba. Para De Laveleye, la V
representaba tanto la palabra francesa victoire,
que significa victoria, así como la holandesa vrijheid, que se traduce como libertad.
El gesto de la victoria es ante todo una cuestión de posición
de la mano. En la V correctamente ejecutada, la palma de la mano mira hacia
delante y el dorso hacia su dueño.
Pero, si la palma de la mano apunta hacia el cuerpo (de
quien hace la seña), se modifica la significación del gesto de victoria y
confianza y transmuta en una ofensa.
Este gesto, a mi entender, debe ser el gesto que más se
utilizó en la Historia.
No hace falta mencionar su asociación al Peronismo como a
cualquier otra expresión de victoria cotidiana.
Perón
Que argentino puede no recordar el gesto icónico de Perón.
Me tomé el trabajo de tratar de indagar de dónde provenía
ese gesto único. De grandeza. De contención. De amor. Sincero. Sagrado.
No logré encontrar nada. Evidentemente él fue el creador.
Inigualable. Inimitable.
Un párrafo aparte es todo lo que sucedió con sus manos luego
de su muerte. Un enigma.
Alfonsín
El candidato a presidente Raul Alfonsín, decidió armar un
equipo de campaña. Uno de ellos era David Ratto, publicista y radical a muerte.
Una de las primeras tareas de Ratto fue convencer a Alfonsín
de adoptar determinados gestos para presentarse en público. Tarea imposible.
El candidato le dijo que no iba a cambiar sus formas y mucho menos presentarse
como si fuese un personaje con el semblante de un aviso de corte estadounidense.
Con la ayuda de varios amigos en común avanzaron con la idea de un saludo que fuera inequívoco, un sello distintivo propio. Fue una de las pocas concesiones que hizo el dirigente radical.
Una de las versiones cuenta que el propio Ratto fue el inventor
del saludo con las dos manos unidas hacia adelante porque así lo hacía él cuando
iba a la cancha de Almagro como una expresión de afecto hacia
sus amigos.
Alfonsín empezó a saludar con sus manos unidas, a la altura
del hombro, pero con los brazos inclinados hacia la izquierda, como un abrazo
“hacia el corazón”.
Así nació una nueva marca, junto con la de RA, iniciales que
Ratto asoció de modo muy inteligente con la República Argentina.
Tuvieron éxito.
Milei
Hay un gesto de nuestro Presidente, que se repite cada
tanto. La primera vez que lo pudo ver el pueblo, fue luego de su derrota en
primera vuelta.
Hugo Lescano, experto en comunicación no verbal, analizó los gestos del líder de La Libertad Avanza y puntualizó los detalles de su discurso más allá de las palabras. “Javier Milei, en un momento de su breve exposición, cerró los puños y los agitó, a la altura de su cara”, describió. Y remarcó: “Si hubiese ganado, podríamos ubicar el gesto del triunfo, pero no fue así. Se trató de un gesto relacionado con emociones negativas, como la ira. Además, los acompañó con los gestos del rostro”.
“Esto es una falta de congruencia entre lo que dice y lo que
hace con su cuerpo, que no está preparado para mentir y filtra, a través de los
gestos, la liberación de la tensión que produce decir algo que no se siente”. Y
destacó: “Milei siente enojo aunque diga que va a ganar el ballottage y pida la
cooperación de los votantes de Bullrich”.
Creo que esta imagen de Milei, resume todo el odio con que
gobierna. No lo padece, lo disfruta.
Maradona
Si hay algo que descubrimos con El Diego, es que Dios tenía
manos.
Y lo logró en el mejor momento posible. Una más de sus obras
maestras. Quizás la más importante. La más asombrosa. Única.
Mano a mano, hemos quedado.
Alberto Oneto
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