solidaridad

 

La solidaridad consiste en dar algo a alguien, ya sea algo material o emocional, sin esperar nada a cambio. Todos hemos recibido la solidaridad de otros en algún momento. Puede ser que la hayamos recibido porque la necesitábamos, pero es probable que la volvamos a necesitar en un futuro.

La solidaridad implica un comportamiento de una persona hacia otra para ayudarla, protegerla o apoyarla. Es un valor humano que cambia el mundo y hace de él un lugar mejor en el que vivir.

La solidaridad es un valor que se caracteriza por la colaboración mutua entre los individuos.

La palabra "solidaridad" proviene del latín solidus, que significa "sólido" o "firme". El prefijo sol- de la palabra solidus significa "entero" o "completo”, que expresa la realidad homogénea de algo físicamente entero, unido, compacto, cuyas partes integrantes son de igual naturaleza.

Es posible encontrar diversos significados para este término tan conocido, que se define como: adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros.

En el área del derecho, se entiende que los socios son solidarios cuando son individualmente responsables por la totalidad de las obligaciones. Jurídicamente, la solidaridad implica una relación de responsabilidad compartida, de obligación conjunta.

La doctrina social de la iglesia entiende la solidaridad como sinónimo de igualdad, fraternidad, ayuda mutua, en un todo unido a los conceptos de responsabilidad, generosidad, desprendimiento, cooperación y participación.

En estos tiempos, en que nuestra sociedad está intentando volver a ponerse de pie, el valor de la solidaridad debiera invadirnos tanto en la dimensión humana como en el aspecto social y también profesional. Se trata de un concepto, un valor, una forma de enfrentar la relación con los demás que es eminentemente positiva porque evidencia el interés de cada uno de nosotros por el bien del prójimo.

La solidaridad se desprende de la naturaleza misma de la persona humana, indicando que los individuos no están solos, prefieren vivir acompañados porque el hombre, social por naturaleza, no puede prescindir de sus iguales ni tampoco intentar desarrollar sus capacidades de manera independiente.

La solidaridad es una adhesión circunstancial, pero adhesión sólida, sin vanos artificios, firme, recia, completa, entera. Adhesión que implica el olvidarse de uno mismo y darse a los demás de forma completa, no sólo para lo que nos interese, fraternalmente, como si se tratara de mi hermano, mi amigo. De tal forma que la persona solidaria sea como un apoyo para los más necesitados, como una protección.

A partir de una encuesta, de la cual, el 48% han sido mujeres y el otro 52% hombres, las personas que han respondido que la sociedad es solidaria, que son el 62% del total, el 65% han sido hombres, y el 35% mujeres.

En cambio del otro 38%, que son las que han dicho que la sociedad no es solidaria, el 54% han sido mujeres, y el 46% hombres.

El 48% de las personas cuestionadas han realizado alguna actividad relacionada con la solidaridad en este último año, y solamente uno de ellos ha dicho que no se considera solidario, cosa que es de extrañar, pero lo que más extraña es que del 52% de las personas que no han realizado ninguna actividad relacionada con la solidaridad en este último año, solamente el 27% de la gente se ha declarado no solidaria, el resto pese a no haber contribuido durante un año entero en ninguna actividad, si se consideran solidarios.

Pero lo que más interesa es el motivo por el cuál la gente cree que la sociedad es o no solidaria.

De las personas que han dicho que la sociedad actual es solidaria, el 45% opina que es porque hoy en día nos enteramos más de lo que sufre la gente, en cambio el 30% piensa que es por la cantidad de gente voluntaria que hay en la sociedad, y el 25% restante cree que es gracias al dinero que se dedica.

Entre las personas que opinan que la sociedad no es solidaria hay mayor diversidad de opiniones. La gran mayoría que son el 61% opina que hay poca preocupación por favorecerla, el 23% piensa que es debido a una escasez de medios que impiden el poder llevarla a cabo, y del 16% restante el 8% cree que es por la poca información que hay sobre la solidaridad que hace que la gente no se dé cuenta, y el otro 8% se apoya más en otros motivos como pueden ser la falta de interés del Gobierno.

Todos estos puntos de vista de la gente vienen influidos por el concepto básico de solidaridad que cada uno tiene. Más de la mitad de las personas cuestionadas creen que la solidaridad consiste en ayudar a los demás por satisfacción personal, es decir, sin esperar recibir nada a cambio. En cambio el 24% opina que la solidaridad consiste en comprar productos para fines solidarios. Para el 14% restante la solidaridad es dar dinero a gente necesitada.

En conclusión, se ve que el concepto de solidaridad está en cierta medida distorsionado en el sentido de ver la solidaridad como algo de los demás en la mayoría de los casos.

Hay un dato significativo que es el mencionado antes de que la gran mayoría de la gente se considere solidaria pese a no haber realizado ninguna actividad solidaria en todo un año.

Bien, pero la solidaridad es más que eso, es el día a día, la preocupación constante de que hay muchas personas muy cerca de nosotros que son las que verdaderamente necesitan nuestra ayuda, y ese es el concepto de solidaridad que deberíamos tener, una solidaridad constante, fuerte, recia, y total, en dos palabras generosidad y caridad.

Alberto Oneto

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