TITANES EN EL RING

 

Era chico, muy chico. En el año 1962, yo tenía 6 años y mi viejo miraba en nuestra tele blanco y negro una novedad: Titanes en el ring.
Era un programa de lucha “libre” donde había varios personajes, no muchos, que (decían que) peleaban.

Nunca supe si es que era divertido o si sacaba nuestras ganas de jugar a pelear. Algo natural.

Lo comandaba Martín Karadagian. Un luchador armenio medio trucho, pero que tenía un antecedente importante: el 10 de agosto de 1957, enfrentó al boxeador José Gatica en La Bombonera, en un encuentro publicitado como el primer combate entre un luchador profesional y un boxeador. Karadagián terminó ganando la lucha, de la cual Gatica salió con una lesión legitima en una de sus piernas.

El programa de televisión fue transmitido por primera vez el 3 de marzo de 1962 por Canal 9 en vivo desde el estadio Luna Park.

Karadagian había contratado a 8 grandes figuras de la lucha libre como Ivan Zelezniak  (El Hombre Montaña), Eduardo "Alí" Bargach (fisicoculturista), Alberto Eijo, Pedro Goitía, Dakar, Katchik Yeladian  (Ararat "El Armenio"), Elías Revoredo Aguilar (El Indio Comanche) y Germán Bermúdez Arancibia (Mister Chile).

Eran 8 Titanes en el Ring.

Karadagián aparecía cada tanto en el show. Y claro, era considerado el "Campeón del Mundo".

La orquesta del Titanic

Muchos años después me enteré del naufragio de un gran buque, hundido durante su viaje inaugural, en la noche del 14 al 15 de abril de 1912: El Titanic.

Y obviamente lo asocié.

Lo más interesante de la historia, al menos para mí, era la banda de músicos que tocaba en el transatlántico.

La banda del Titanic como símbolo de nobleza y heroísmo es un icono a la altura de la resistencia numantina o de la legendaria fuerza hercúlea. Muchos son los artistas que se han apoderado de la leyenda de aquellos músicos que siguieron tocando hasta que las aguas se tragaron el barco. Es el caso del disco que Sabina y Joan Manuel Serrat han publicado con el inequívoco título de 'La orquesta del Titanic'. «Es una metáfora porque nosotros también seguimos cantando en un mundo que se está hundiendo», han declarado.
El cine, el teatro y la literatura también se han inspirado en aquel acto de valentía en medio del horror y el caos que debía reinar en cubierta. Pero, ¿quiénes eran aquellos músicos? ¿Qué repertorio interpretaron? ¿Es cierta la leyenda? Y, si es así, ¿por qué prefirieron seguir actuando en lugar de salvar el pellejo?

La música como bálsamo

Cuando se produjo la colisión con el iceberg, a las 23.40 horas del domingo 14 de abril de 1912, muchos pasajeros ni siquiera se percataron del choque, dormidos plácidamente en su camarote. La mayor parte de la tripulación se había retirado a sus aposentos después de la cena, ya que ese día no había baile y la orquesta había terminado su jornada. Pero los músicos fueron de los primeros miembros de la tripulación en actuar frente al desastre. Poco después de medianoche el violinista británico Wallace Hartley, de 33 años, se colocó en la entrada delantera de primera clase con sus siete músicos para calmar a los pasajeros que empezaban a inquietarse. Cuenta la leyenda que algunos perdieron un tiempo valioso para alcanzar alguno de los botes salvavidas, ensimismados ante las canciones de la banda. Lo que sí es cierto es que muchos encontraron allí el consuelo que otros buscaban en los religiosos que había en el barco. 

A la 1.15 horas, el Titanic dio un repentino bandazo que aumentó la inclinación de la cubierta hasta hacerla casi inestable. Sin embargo, la banda seguía tocando, con una dignidad irreprochable. Sonaban 'quicksteps', marchas, valses y, en definitiva, una selección de la música popular del momento que iba de Strauss a Gilbert y de Sullivan al 'ragtime', el sonido de moda, un ritmo para piano bailable y alegre que más tarde inspiraría a figuras del jazz como Count Basie o Duke Ellington.

No cabe duda de que la música también ayudaba a silenciar los alaridos de pavor.
«Poco a poco, el Titanic se fue a pique y durante tres horas se oyeron gritos de angustia. Había momentos en que se calmaban y pensábamos que todo había terminado, pero al instante siguiente reaparecían con acentos todavía más angustiosos», explicaba el escultor francés Paul Chevre, uno de los supervivientes.
En el libro de Geoff Tibballs se cuenta que a las 2.10 horas, el director de la banda “liberó” a sus músicos. Sin pestañear, los siete miembros restantes siguieron en su puesto. Se ha especulado con que la última canción que sonó pudo ser el himno 'Autumn' o 'Nearer, My God, to Thee'. En cualquier caso, y como bien apunta Tibballs, debió ser una melodía que los músicos conocieran bien, pues ya no había luces y el barco estaba totalmente inclinado. Cualquiera que estuviera en aquel momento allí no pudo sobrevivir.

Dejo los links de ambos temas. Conmovedorres!!

https://youtu.be/swEUHGAb_f8?si=3No_OU6XnCvNdSlj

https://youtu.be/gevwS5TtSN8?si=8z9EffALJOA9tpq8

Los músicos del  Titanic eran: los violinistas Fred Clarke, P.C. Taylor,  G. Krins, Wallace H. Hartley, Theodore Brailey,  Jock Hume. Además de J.W. Woodward y Roger Bricoux (chelistas).

Reproducimos una publicación del año 1912 en homenaje a 7 de los 8 músicos. Falta Roger Bricoux.

El Titanic hoy está a 4.000 metros bajo el mar.

Ningún músico sobrevivió.

Según el relato de uno de los sobrevivientes del desastre, llegó a ver a Wallace Hartley, el director de la orquesta, como minutos antes de ahogarse, se ataba su violín contra su cuerpo con una soga.

Encontraron su cuerpo después de tres semanas. Su violín no estaba.

Eran otros 8 Titanes en el ring.

Termino con un link para reunir 3 emociones: Titanic, Nano y Joaquín

https://www.youtube.com/watch?v=uNtuCuXASiU

Alberto Oneto

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