Tres cosas hay en la vida…

 

… salud, dinero y amor. Dice una frase popular.

Pero quiero tocar tres temas que también son parte de la vida, aunque muy crueles. Diría que son los antónimos de la salud, el dinero y el amor.

Han sido, son y serán un motivo de dolor, pero también de cotidianeidad.

Nunca cesan, a pesar que, en gran parte, podrían ser crueldades evitables. Y esto último es lo más importante. No quiero que sea una reflexión bajón. Todo lo contrario, la idea es que tengamos conciencia que no debemos resignarnos.

Personalmente he sido voluntario para el desarrollo de nuevas vacunas. Soy adherente de fundaciones para paliar la vida de los que menos tienen. Con solidaridad se puede.

Y es que la falta de solidaridad, el descuido y los intereses armamentísticos son ítems que se suelen soslayar, pero ejercen una malicia que casi nadie mide en su justa dimensión.

Vamos por partes.

Hambre

Pareciera que es un tema imposible de solucionar. Pero si, por un lado, pensamos que en el mundo se produce más comida que lo que los habitantes necesitan, evidentemente se trata de cuentas mal hechas. O mejor dicho de cuentas hechas por los poderosos que anteponen su bolsillo al prójimo.

También no deja de ser una cuestión cultural. Muy pocos comen los alimentos básicos porque culturalmente se acostumbraron (resignaron) a que su dieta sea insuficiente, desde hace siglos.

Ni siquiera consideran posible la oportunidad de comer carne, vegetales nutritivos, pescado, etc.

Viven del arroz y algunos vegetales casi sin nutrientes que pueden conseguir en su terruño. Y tampoco comen todos los días.

La cifra de  muertes por el hambre es espeluznante.

Una persona muere de hambre en el mundo cada cuatro segundos. O sea 15 por minuto. O sea 900 por hora. O sea 21.600 por día. O sea 7.884.000 por año.  Y de estas cifras, la mitad son niños.

Más allá de que 345 millones de personas padecen actualmente hambre aguda.

Pelos de punta es poco.

La crisis mundial del hambre se ha visto alimentada por una mezcla mortal de pobreza, injusticia social, desigualdad de género, conflictos, cambio climático y choques económicos.

Quienes tienen el poder y el dinero para cambiar esta situación deben unirse para responder a las crisis actuales y prevenir y prepararse para las futuras.

…bueno, flaco, tampoco hay que tomarlo así, a puro corazón, hay que meterle un poco de cabeza. O sea, te digo: que si hay hambre en el mundo no es por casualidad, no es porque dios sea un hijo de puta o el cambio climático o que los negros sean idiotas o las pelotas de tu abuela, sino porque hay una manga de hijos de puta que se la quedan toda, que los llevan explotando siglos y siglos, y entonces qué vas a hacer, cómo querés solucionar el hambre de toda esa gente sin cambiar el sistema. No podés, flaco, no podés,y si tratás, al fin y al cabo, lo que estás es ayudando a que el sistema se perpetúe, se mantenga, ¿me entendés?, en lugar de hacer algo para que esto se termine de una vez por todas

(Del libro “El Hambre” de Martín Caparrós)

Pestes

Las pestes tienen innumerables procedencias y motivos.

Muchos, a esta altura, ya debieran haber pasado al olvido.

Sin embargo, la viruela a día de hoy es la única enfermedad que el ser humano ha podido exterminar.

No perdonan sexo, edad ni religión. Tampoco status social. Y mucho menos lugares en este mundo.

Algunas nacen de la nada. Otras, dicen, son provocadas.

Otras parecen intrínsecas, casi genéticas. Casi todas se basan en el contagio. Nos las transmitimos entre nosotros. Somos nuestros propios verdugos.

Según las estadísticas, desde el año 165 hasta la fecha, murieron alrededor de 362.300.000 personas por pestes y epidemias. Peste negra, cólera, HIV, COVID, entre tantas.

Por suerte la ciencia, tarde o temprano consigue neutralizar a algunas. De lo contrario, estas cifras serían mucho más terribles. Aunque siempre aparece un nuevo enemigo detrás de la puerta.

Guerras

Si bien la definición de guerra no está del todo clara, existe una comprensión general de lo que es. La Real Academia Española la define como la "desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias" o como la "lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación", mientras que la Enciclopedia Británica la define como "un conflicto entre grupos políticos que involucra hostilidades de considerable magnitud y duración"

Por otra parte, la palabra guerra proviene del germánico werra (desorden, pelea), el mismo que dio war en inglés, wirren en alemán y guerre en francés.

Los alemanes nos dieron la palabra y también la guerra más sangrienta de la Historia.

Las estadísticas de las guerras más importantes desde el año 58 AC hasta la actualidad nos dan una cifra de 394.000.000 de víctimas, teniendo en cuenta que muchas de ellas aún siguen activas.

Demasiada muerte para un desorden o pelea.

Reflexión

Si sumamos los números del hambre en los últimos 100 años por tomar un parámetro, más las muertes de las pestes y de las guerras, estaríamos hablando de 1.544.000.000 de víctimas. Obviamente en este momento aquel que esté leyendo esta reflexión deberá sumar varios cientos.

Thomas Robert Malthus fue un clérigo anglicano y erudito británico con gran influencia en la economía política y la demografía y es el responsable del Malthusianismo

El malthusianismo o maltusianismo es la teoría demográfica, económica y sociopolítica, desarrollada por Malthus durante la revolución industrial, según la cual la capacidad de crecimiento de la población responde a una progresión geométrica, mientras que el ritmo de aumento de los recursos para su supervivencia solo lo puede hacer en progresión aritmética. Según esta hipótesis, de no intervenir obstáculos represivos (guerras, pestes, hambrunas, etc.), el nacimiento de nuevos seres mantiene la población en el límite permitido por los medios de subsistencia, en el hambre y en la pobreza.

O sea, estas tres variables vendrían a ser elementos de equilibrio demográfico. Es una postura casi ecológica.

“Ahora es más difícil. El progreso de ciertas técnicas (medicinas, transportes, comunicaciones) ha hecho que el efecto de esos reguladores pueda aminorarse. Y la muy opinable «opinión pública mundial» tiende a presionar para que, dentro de un orden, se aminoren”, dice Martín Caparrós.

Finalmente habría que pensar que sucede con la diferencia entre negros, amarillos y blancos. Entre mujeres, chicos y hombres.

Pero lo dejo para una próxima reflexión.

Alberto Oneto

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